Mentirosos en prime time. Algunos jugando a la guerra sin importarles la pérdida de piezas. Otros pagando con vidas ajenas. Las mentiras, sin castigo, tienen premio. Una casa más grande, y privilegios, sueldos mayores y menores impuestos.
El lavado de cerebros es importante. Los medios pagados para difundir la palabra mágica: fascista. Que hoy día ya no significa nada.
Los dichos son importantes, y hay uno que dice: Cuando todo es importante, nada lo es.
Vivimos todos los días con ministros que pagaron putas con nuestros impuestos, con presidentes que mienten y dicen que cambiaron de opinión, con votantes defraudados que no ven cumplido nada de lo que votaron a su representante... vivimos enterrando muertos de los que nadie se hace responsable y aplaudiendo a médicos mal pagados, mientras otros nos robaban y se llevaban nuestro dinero a otro lado. Murieron nuestros abuelos y padres en residencias, y no arde la Moncloa. Murieron en Valencia tragando agua y barro, y sepultados con una marea de coches, y los responsables siguen en su cargo y diciendo que gobiernan porque los hemos votado. Tu no tienes ni la mitad del pueblo contigo Pedro.
La dignidad se ha perdido, las palabras ya no tienen valor, y hoy te pagan por mentir mientras te grabas con el móvil el careto como hace Irene en redes sociales. Llevar un pañuelo no te hace mejor que nadie. Defender los derechos de las mujeres desde la comodidad de tu casa y con un iphone en la mano mientras te grabas la cara, es muy fácil.
Las religiones matan. Y las vidas son de las personas, no de los que mienten y luego no se responsabilizan si mueres. La religión es un cáncer, y los políticos los cíclos fútiles de la sociedad.
Si me ves con la mirada perdida, en soledad, mientras las lágrimas caen viendo el horizonte. Ya no me importa nada, si vienes a buscar mi papeleta en una urna que después no sirve para nada.
Ahora bórrame si te atreves.